PUENTE DE HIERRO
LA LLEGADA DEL FERROCARRIL A LA CIUDAD
HISTORIA
Desde que en 1830 fuese inaugurada en Reino Unido la línea Manchester – Liverpool, el ferrocarril se convirtió en un nuevo y eficaz medio de trasporte tanto para mercancías como para pasajeros.
En España comenzó a funcionar algo más tarde, en 1848, con la línea Barcelona – Mataró.
Tuvieron que pasar otros 44 años para que en 1892, con la apertura de la línea Soria – Torralba, el ferrocarril llegase a la ciudad de Soria, ubicándose la estación – San Francisco – en el espacio que hoy corresponde a las calles Linajes de Soria, Duques de Soria y Mariano Vicén.
Entre 1924 y 1930 se hizo la Santander – Mediterráneo que unía nuestra ciudad con Burgos y Calatayud, cuya trayectoria rodeaba la ciudad desde El Cañuelo, donde fue situada la estación, atravesando Los Pajaritos, La Rumba, el Cerro de los Moros, la Ladera del Castillo, cruzando el río hasta cañada de Valcorba.
En 1940, con una ampliación de la Soria – Torralba, se unen la ciudad de Soria con las limítrofes Logroño, Pamplona y Zaragoza.
La trayectoria de acceso a la ciudad con estas líneas ferroviarias hizo necesaria la construcción de diversos puentes en torno a la ciudad: sendos viaductos – uno de hormigón y otro metálico – sobre el río Golmayo y el Puente de Hierro sobre el Duero.
LA CONSTRUCCIÓN
Edificado en el año 1929 tiene estructura metálica, tablero de vigas trianguladas para disminuir el problema de transporte del mismo hasta la obra y estribos de hormigón.
Teniendo en cuenta la poca altura sobre el cauce del río Duero, se realizó una estructura de andamios y pilares sobre el mismo para facilitar la edificación.
Fue dotado de una altura de 10 mts y luz de 70 mts para y para ello se utilizaron 360 tm de hierro y más e 30.000 roblones.
En 1996 al cerrarse la línea Soria - Castejón, el puente quedó en desuso. Posteriormente el Ayuntamiento de la ciudad le ha arropado con iluminación ornamental resaltando así su figura metálica con diferentes tonalidades de luz, azul para los módulos que iluminan los perfiles verticales y blanco frío para el resto, dando al entorno un halo de romanticismo.