OTROS EDIFICIOS Y RESTOS EN LA CIUDAD
ERMITA DE SANTA BÁRBARA
HISTORIA
La ermita se levantó a principios del S. XVI, seguramente pagada por Don Juan de Borogoñón, caballero soriano de origen francés, en honor a Santa Bárbara.
Con el tiempo la ciudad fue creciendo y en la actualidad la ermita se encuentra perfectamente integrada en el entramado urbano.
Se enclavó en una zona rodeada de campos agrícolas y en el espacio que se usaba como era de la ciudad, las Eras de Santa Bárbara. Un espacio extramuros, rústico hasta hace unos años, donde se realizaban las labores propias del campo: trillar, aventar…Fue escenario de varios hechos, como el duelo entre algunos caballeros castellanos y los del Conde de Barcelona para dirimir si Soria era de Castilla o de Aragón; El legendario asesinato de un padre a su hijo por huir éste de la batalla de Aljubarrota. O el fusilamiento de un niño y de un tal Pericón durante la Guerra de la Independencia acusados de atentar contra soldados franceses.
La ermita se abre únicamente el 4 de Diciembre, día de Santa Bárbara - patrona de las profesiones que manejan explosivos - y para el día de la Santísima Trinidad.
EL EDIFICIO
Es un sencillo templo de estilo rural de dos naves, escasa altura y muros de mampostería. Para su iluminación se abren tres ventanas que representan la Trinidad. A los pies se levanta una espadaña con campana.
En el interior destaca un retablo obra de Juan de Borgoñón.
Junto al templo está la vivienda del santero.
Actualmente esta adscrita a la moderna parroquia de Santa Bárbara.
RESTOS DEL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN
HISTORIA
La tradición dice, que tal y como solía ser costumbre, en este lugar junto al río, se levantó un hospital de niños huérfanos auspiciado por los Doce Linajes, situado en las mismas dependencias donde en el S. XIII (1.201) el obispo de Osma Diego Acebes fundó el convento del Sancti- Spiritus, de la orden cisterciense. El hospital funcionó hasta 1534 que se derribó como consecuencia de su mal estado de conservación cediendo el terreno al colindante convento de agustinos fundado por Rodrigo Torres en 1522.
Los escasos restos que hoy podemos observar corresponden a ese edificio.
Hay constancia que el propio Fray Luis de León pasó por este convento siendo lector del mismo.
Ya en el S. XX la zona del río se convirtió en un área de esparcimiento instalándose en este inmueble dos establecimientos hosteleros, la Alegría del Puente, tasca de indudable sabor, y el bar Augusto, cuyo principal atractivo era el alquiler de barcas a remo. Actualmente el inmueble está en desuso y en breve será objeto de intervención urbanística.
EDIFICIO
Son pocos las señales que se conservan del mismo. La larga fachada que da a la calle obispo Agustín tan solo posee algunos elementos ornamentales. En ventanas y esquinas se observan trabajados sillares, algunos con bajorrelieves de angelotes. En la parte central del frontal encontramos restos de un frontón triangular flanqueado por acróteras muy del gusto del renacimiento.
CASONA DE LOS SALVADORES
HISTORIA
Fue construida por descendientes de Martín Salvador, que figura en el cantar del Cid como uno de los caballeros que vino desde Valencia acompañando a Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, y que fue raíz de uno de los principales Linajes de la ciudad, el de los Salvadores que estaba dividido en dos: los Hondoneros y los Someros que celebraban sus juntas en la parroquia de San Nicolás.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento en 1974.
EL EDIFICIO
Construcción del S. XVII, tiene planta cuadrada con sus escudos en la fachada. Sus armas son luna de plata en menguante, en medio del escudo, en campo de sangre, y ocho estrechas azules. Los muros son de mampostería con sillares en esquinas y dinteles. Se distribuye en tres alturas con preciosos vanos adintelados y rejerías y un patio exterior.
Hoy en día el inmueble lo ocupan familiares del investigador soriano José Tudela de la Orden que en sus días pertenecía al círculo de amistades de Valle-Inclán, Unamuno o José Ortega y Gasset.
La edificación está situada en la calle Caballeros, una de las calles nobiliarias más relevantes de la ciudad que conduce al Parque del Castillo.
La vía mantiene los restos de varios palacios como los de los marqueses de Velamazán, los de Zafra o de los Vadillo, todos ellos construidos a partir del siglo XVI. También el palacio de la Diputación del siglo XIX, el de Hacienda de principios del siglo XX con sillares de granito, y hecho al gusto herreriano o el Banco de España: Construido en 1933 por José Yarnoz Larrosa.
CASA DE LA INQUISICIÓN
HISTORIA
En la Plaza de San Clemente, - su nombre alude a la desaparecida iglesia Románica de San Clemente - que comunica la calle del Collado, vía principal en el centro urbano, y la calle Aduana Vieja, salpicada de palacios nobiliarios, se conserva frente al Palacio de Los Río y Salcedo una casa señorial que en tiempos era conocida como la Casa de la Inquisición.
EDIFICIO
La obra se realizó a finales del S. XVI con mampostería y protegida con sillares en esquinas y dinteles, con una cornisa que corona su fachada.
Destacan tres balcones restaurados y adornados con vistosos trabajos en forja.
La entrada principal queda envuelta por dos pilares simples y en su interior mantiene una sala recubierta con bóveda de arista.
Restaurada y respetando su forma primitiva, es de uso particular.
RESTOS DE LA IGLESIA DE SAN GINÉS
HISTORIA
Entre la ermita del Mirón y el río Duero, a los pies del mirador de los Cuatro Vientos, yacen los restos de la iglesia de San Ginés, una de las treinta y cinco collaciones registradas en 1270 en el censo de Alfonso X.
Intramuros del recinto amurallado, se adaptó a la propia forma de la iglesia. Con el tiempo la collación desapareció y tan solo permanecen en pie como testigos de ese pasado parte de los muros del templo, que junto con la iglesia del Monasterio de San Juan de Duero y las ruinas de la de San Agustín el Viejo son, de las que se conservan, las iglesias más primitivas de la ciudad. Están en torno al río Duero y tienen características tipológicas similares al resto de las collaciones.
En la actualidad se han llevado a cabo excavaciones para acreditar la unión entre el ábside del templo y la muralla, proyecto que al que se va a dar continuidad con fines culturales y turísticos y denominado “La Soria Oculta”.
EL EDIFICIO
Solo podemos ver en la actualidad el lienzo norte y el lienzo sur del edificio. Pero es suficiente para tener una idea de las dimensiones y estructura que tuvo esta iglesia construida en el S. XII. Los muros eran de mampostería realizados con la técnica de tapial. Tendría una sola nave, probable cubierta de madera y ábside semicircular, desaparecido actualmente, pero apreciable en la impronta que dejó en la muralla, que en este tramos se adaptó a la forma del edificio. Se aprecian los huecos en la parte superior en la que descansarían los machones del tejado. La puerta, de la que solo se conserva el vano, se abría en el lado sur. También se aprecia una de las ventanas, con forma de aspillera.