SORIA ROMÁNICA
UN PASEO POR GRANDES JOYAS DE EXCEPCIONAL BELLEZA
Las piedras areniscas traídas de las canteras de Valonsadero se convirtieron en manos de expertos canteros en ricos claustros, decorados capiteles y espléndidas portadas. Junto a un vado en el río Duero, estratégico paso hacia el vecino Reino de Aragón, y en el valle que formaban dos cerros fronteros (actualmente conocidos como el Castillo y el Mirón), comenzó a nacer una ciudad repoblándose con gentes provenientes tanto de Castilla como de Navarra y Aragón. Unos y otros levantaron numerosos templos y monasterios en el estilo arquitectónico de la época, el románico.
Testigos de esa época nos han quedado unos cuantos edificios ejemplos de un románico tardío, de los que destaca por su esplendor decorativo el templo con el que comenzamos nuestro paseo, la iglesia de Santo Domingo (1), o de Santo Tomé, como se la conocía entonces. Sus constructores, plasmaron influencias provenientes de Francia, probablemente por el mecenazgo de la reina Dª. Leonor de Plangenet, esposa de Alfonso VIII, que se refleja en la monumental fachada en la que destacan sus dos vanos, el rosetón superior que despliega un fabuloso bestiario a su alrededor y la puerta de acceso, cuya portada abocinada es denominada acertadamente por muchos como la “Biblia en piedra”. Los capiteles de sus jambas, su tímpano y las cuatro arquivoltas desarrollan con una gran maestría gran parte del Antiguo y del Nuevo Testamento. Acércate y emplea unos minutos para contemplar la Anunciación a los pastores, el sueño de los Reyes Magos o el Beso de Judas.
No muy lejos encontramos la iglesia de San Juan de Rabanera (2), otra de las iglesias medievales, cuyo románico de líneas puras se muestra con especial belleza en su esbelto ábside. Se trata de un templo más ortodoxo en su concepción, con una excelente fábrica exterior y un interior muy bien conservado que alberga dos interesantes Cristos.
A pocos metros, en plena Plaza Mayor de la ciudad se encuentra la iglesia de Nuestra Señora la Mayor (3), que fue construida sobre la románica iglesia de San Gil del S. XII, de la que se conserva la portada.
Dirección al río, en pleno corazón del Casco Antiguo, ha llegado hasta nuestros días en forma de románicas ruinas San Nicolás (4), restos de la que fue una elegante iglesia. Se puede contemplar el ábside, el arranque de la torre y unos frescos relativos al asesinato de Tomás de Canterbury. La portada ya la has visto si has pasado por el templo anterior de San Juan, pues es su actual entrada, trasladada ahí a comienzos del siglo XX.
Cerca del Duero, la concatedral de San Pedro (5), de estilo gótico, levantada sobre la que fue una monumental colegiata románica de la que nos queda un bello claustro del románico al más puro estilo silense.
Cruzando el Puente (6) de piedra, de origen medieval encontramos en la otra margen del río lo que fue el monasterio de San Juan de Duero (7). Los monjes hospitalarios que lo fundaron, provenientes de Tierra Santa, realizaron un alarde sincrético de estilos artísticos de la época, desplegando arcos de medio punto, apuntados, secantes, entrelazados, califales… Algunos autores asimilan esta arquitectura a la música, como si de un pentagrama pétreo se tratara. No olvides entrar al templo, en el que destacan en la sencilla única nave dos templetes con fuertes influencias orientales. Acércate hasta el capitel en el que se narra el nacimiento de Jesús. Acabamos este recorrido muy cerca de este lugar, en San Polo (8), enclave en el que decidieron establecerse los monjes- guerreros templarios, según la tradición, que a tantos escritores ha inspirado desde entonces, sobre todo a Bécquer, quien sitúa aquí su romántica leyenda “El Rayo de luna”, como igualmente localizara detrás de San Juan de Duero su leyenda templaria del “Monte de las Ánimas”.
Merecen también mención el ábside y presbiterio de la iglesia del Salvador, típico del románico rural del S. XII y el ábside de la antigua iglesia románica ubicada en El Mirón. El de la iglesia del Salvador es interesante porque es un buen ejemplo de lo que serían la mayoría de las 36 iglesias románicas que tuvo la ciudad y en su mayoría desaparecidas, mientras que de la antigua iglesia románica del Mirón se conserva la sacristía, que corresponde al ábside románico reformado en el siglo XV.
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Longitud | 2,5 Km aprox. | |
Tipo | Urbana | |
Dificultad | Baja | |
Terreno | Calles y carreteras |