DATOS GENERALES

La capital del Duero recién nacido recibe al que se acerca hasta ella entre dos cerros fronteros, entre el del  Mirón y el del Castillo, mirando hacia el futuro ilusionada de poseer y ofrecer al visitante una calidad de vida cada vez más demandada.

Se dice que recibe su nombre de la palabra SO (que mira o mirador) y ORIA, de UR-A (río o corriente de agua), es decir, el mirador (o el Mirón) del o sobre el río, en este caso el Duero.

Soria conserva su carácter histórico y medieval, rincones que rezuman poesía y parajes naturales que invitan a contemplar y disfrutar del descanso, la tranquilidad y de los mejores paisajes; pero a la vez la ciudad tiene vida, es un verdadero hervidero por su intensa agenda cultural y de actividades de todo tipo, deporte, gastronomía, música, etc.

Testigo de la época medieval ha quedado en la ciudad un verdadero catálogo monumental con verdaderas joyas de la arquitectura románica: iglesias, murallas, monasterios y el puente medieval que cruza el Duero, testigo de excepción del carácter de frontera que tuvo la zona y que mantiene con sus arcos y tajamares su silueta medieval.  De esta época responde también el escudo de la ciudad: campo de gules rojo, castillo de plata, con tres almenas sobre el que sale un busto de rey coronado de oro.

Pero la ciudad también muestra esbeltas y considerables construcciones góticas al tiempo que está salpicada de calles nobiliarias de palacios renacentistas que lucen en sus esculpidas fachadas escudos, arcos y ventanales con grandes elementos decorativos.

De gran encanto, belleza y simbolismo son también las iglesias, ermitas y conventos de estilo barroco que se pueden admirar tanto en la ciudad como en las periferias, destacando la ermita de San Saturio, patrón de la ciudad, construida sobre la cueva a la orilla del Duero, donde arte y naturaleza se funden magistralmente.

La ciudad de Soria, sucedida y barbacana, es también la tierra escrita con plumas de Bécquer, Machado, Gerardo Diego o Unamuno, autoras de una cartografía literaria que recorrer en cuerpo y letra por una ruta multiplicada. Es así como la herencia poética se vuelve aquí paisaje.

Nuestra Soria, a la que se le atribuyen muchos lemas y títulos: el más antiguo “Muy noble y Muy Leal Ciudad de Soria”, o el de su escudo “Soria pura, cabeza de Estremadura”, o los literarios “Soria, la bien cantada”, “Soria, ciudad de los Poetas”, o los machadianos “Mística y guerra”, “Soria, fría, ciudad castellana, tan bella bajo la luna”, también es “Ciudad Teresiana” e incluso, la de la estrofa sanjuanera “Soria, es la gloria de España” o la del éxito de pop nacional “El lugar difícil de encontrar (…) a la ribera del Duero (…) voy camino Soria, ¿y tú dónde vas?, allí me encuentro en la gloria que no sentí jamás”.

Visitante, abre tus sentidos a esta ciudad. A los colores rojizos de los palacios y tejados, a los marrones de su otoño, al verde de sus parques, al azul argentino del cielo. A los olores de los montes que le rodean, de sus agradables noches de verano. A los sabores de sus fogones, de su mantequilla, su torrezno y su micología. A los sonidos de sus fiestas, de sus terrazas, de su Collado. En definitiva, abre tus sentidos a visitar esta ciudad y a una experiencia distinta.