Ya en plena temporada de frío, Soria se prepara un año más para vivir la Navidad. Un mes en el que las calles, comercios y monumentos se visten de fiesta, y las luces y las decoraciones alegran a propios y forasteros en sus paseos por la ciudad.
La llegada de diciembre supone para Soria, como para muchas ciudades y pueblos, el comienzo de la Navidad. Tanto los sorianos como los forasteros que en los primeros días de este mes den un paseo por el centro de la ciudad van a poder ver los preparativos: operarios colocando luces, dueños de comercios engalanando sus escaparates, el montaje del ya tradicional Belén en la Plaza Mayor y del zoo de luz en el parque de La Dehesa…
Estos días también son esos en los que los que los más pequeños de las casas (y los no tan pequeños, para qué vamos a negarlo) empiezan a pensar en lo que van escribir en sus cartas a Papá Noel y los Reyes Magos. Estos personajes son algunos de los grandes protagonistas de la Navidad, pero en Soria podemos disfrutar de su presencia no sólo en estos días, si no durante todo el año.
Ya desde principios del siglo XIX conocemos la figura de Papá Noel o Santa Claus, ese anciano amable y regordete que deja regalos a los niños en la noche del 24 de diciembre. En años posteriores iría adquiriendo su archiconocido aspecto con traje y gorro rojos adornados de blanco. Detrás de este personaje está la historia de San Nicolás de Bari, un obispo del siglo IV del que se dice que fue un defensor de los débiles y, sobre todo, generoso con los más pobres. El tiempo y las tradiciones de los católicos holandeses y alemanes convertirían a la figura histórica en el personaje actual.
¿Dónde podemos encontrar a San Nicolás en nuestra ciudad? Tenemos dos lugares, que en realidad están relacionados. El primero es las llamadas Ruinas de San Nicolás, los restos de una iglesia levantada entre los siglos XII y XIII en la calle Real. A través de los restos de la nave y la torre, podemos adivinar un templo románico que en su momento tuvo que ser de los más importantes de la ciudad. En los últimos años, su interior sirve como espacio para celebrar conciertos, actos culturales… y para, desde hace ya varias Navidades, acoger la Casita de Papá Noel. Durante los días previos al 24 de diciembre, las ruinas se transforman en un trocito del Polo Norte y Santa Claus y uno de sus elfos reciben a los niños que quieran acercarse a dejar sus cartas o contarle si han sido buenos el resto del año.
El segundo lugar es la iglesia de San Juan de Rabanera, aunque, como ya dijimos, está relacionado con las ruinas de San Nicolás. Y es que a primeros del siglo XX, ya arruinado este templo, su portada fue traslada a San Juan, convirtiéndose en la entrada actual. Si nos fijamos en las figuras de su tímpano, justo sobre la entrada, veremos en el centro a San Nicolás de Bari con sus ropajes de obispo.
Para ver a los Reyes Magos tenemos que irnos a la iglesia de Santo Domingo. En las tallas de su portada están presentes estas tres figuras, concretamente en la tercera arquivolta, la que recoge el ciclo de la Natividad. Aquí encontramos la representación tradicional de los Magos, adorando al Niño y entregándole sus ofrendas. Un poco más adelante, volvemos a ver a los Reyes, esta vez como tres cabezas asomando de una cama. Estamos viendo el Sueño de los Magos, en el que un ángel les advierte de las intenciones del rey Herodes.
Ya en enero, la cabalgata y el día de Reyes ponen fin a las fiestas, a las luces, las decoraciones y las comidas.
Pero en Soria, como ya hemos visto, al menos en estos lugares Papá Noel y los Reyes Magos están presentes durante el resto del año.
