La trufa negra es uno de los productos más destacados de la gastronomía soriana. Su cultivo y los eventos que giran en torno a ella sitúan a la ciudad como un referente en el mundo de la truficultura, impulsando el crecimiento económico y turístico de la región.
Conocida científicamente como Tuber melanosporum, es uno de los productos más preciados de la gastronomía española. La temporada de la trufa negra comienza a finales del otoño y se extiende hasta principios de la primavera, con su pico de recolección entre diciembre y marzo. El clima continental de Soria ofrece las condiciones ideales para el crecimiento de este preciado hongo que se desarrolla de forma simbiótica con las raíces de árboles como encinas y robles.
Su cultivo no es sencillo, requiere años de paciencia. Una plantación de trufas tarda entre 5 y 10 años en empezar a producir. Además, las condiciones del terreno deben ser cuidadosamente controladas para asegurar que el hongo se desarrolle correctamente. Encontrarla también es complicado ya que vive bajo tierra y es necesaria la ayuda de perros trufadores, que tienen un olfato excepcional para detectar su aroma tan característico.
Durante la temporada, los amantes de la gastronomía y la naturaleza pueden disfrutar en Soria de experiencias únicas, recorriendo plantaciones truferas participando en la recolección con perros trufadores. Además, existen diferentes eventos que año tras año colocan a la ciudad en el centro del mapa gastronómico, no sólo a nivel nacional, sino también internacionalmente. Durante los fines de semana de febrero se pueden degustar diferentes tapas que forman parte de “La Ruta Dorada de la Trufa”. Por otro lado, las “Jornadas Gastronómicas de la Trufa Negra” ofrecen un sin fín de platos en los que el sabor y aroma inconfundibles de la trufa son los protagonistas; y el concurso internacional “Cocinando con Trufa” corona cada año al campeón o campeona de Cocina con trufa, entre otras actividades. Igualmente, existen mercados donde es posible adquirir este preciado hongo, y productos derivados, de la mano de los mejores truficultores de la zona.
A fin de cuentas, la trufa negra es un símbolo de Soria, no solo por su valor gastronómico, sino también por su impacto económico y cultural. La truficultura es una actividad que beneficia enormemente a agricultores locales y los diferentes eventos y jornadas que se celebran posicionan a Soria como un destino atractivo para quienes buscan experiencias culinarias auténticas y el contacto directo con la naturaleza.