Historia de la Alameda de Cervantes
Para conocer el origen del parque debemos remontarnos hasta el siglo XII. Era la época de la repoblación de la ciudad – promovida por Alfonso I El Batallador – tras el inciso por las persistentes contiendas entre cristianos y musulmanes en la frontera del Duero, que convirtieron esta zona en un auténtico desierto demográfico.
Instalada ya la población, el monarca aragonés concedió privilegios a frailes procedentes del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla para establecerse en esta zona llana extramuros de la ciudad. Era una extensión rica en pastos e idónea para el ganado.
Fue aquí donde los religiosos edificaron un convento con una sencilla ermita dedicada a la advocación de San Andrés, por lo que en esos años dicho terreno era conocido como “Dehesa de San Andrés”.
En 1.255 el Abad de San Millán de la Cogolla dona estos terrenos al Cabildo de la colegiata de San Pedro de la ciudad de Soria. Por ello y para que la ciudad pudiera hacer uso de los pastos para su ganado, se acordó pagar un canon al Cabildo, que mantuvo en posesión este dominio hasta el siglo XVII.
En el S. XVI la Cofradía de la Vera Cruz, encargada de dar cristiana sepultura a los reos ajusticiados en la ciudad, comenzó a edificar un primitivo humilladero donde ubicaron la imagen de un crucificado, conocido como Cristo del Humilladero. Posteriormente los Condes de Gómara lo ampliaron pasando a convertirse en la Ermita de la Soledad, como hoy en día la conocemos.
En los últimos años del siglo XVI fueron sembrados álamos, olmos y sauces componiéndose lo que ahora entendemos por parque quedando dividido en dos partes: la zona alta destinada para pastoreo de animales y la parte baja y más cercana a la ciudad para paseo público y lugar de encuentro, descanso y esparcimiento.
Entre los siglos XVII y XIX se llevaron a cabo diversos cambios y mejoras como una nueva plantación de olmos, la construcción de una cerca para proteger los árboles del ganado que pastaba en la parte alta, la prohibición de la circulación de vehículos, la construcción de un vivero, etc…..siendo ya en el siglo XX cuando el parque tomó la estructura actual, sin olvidar que hasta los años treinta del siglo XX lo que hoy es el Alto de la Dehesa era todavía dehesa-boyal siendo sus pastos subastados entre los ganaderos locales.