Parque del Castillo

UN PARQUE ENTRE LOS MUROS DE UNA FORTALEZA

En la parte central destacan los restos de lo que en su día fue el Castillo de Soria, vestigios diseminados, pues en la guerra de la Independencia una gran parte del Castillo fue derribado por las tropas españolas. Se conservan las ruinas de la torre del homenaje, el recinto amurallado interior y restos de la barrera exterior con su acceso. Se intuye la plaza de armas en su centro y el espacio donde había un gran aljibe, en cuyo lugar se ha construido una piscina infantil.

Este parque es el mirador por excelencia de la ciudad. El punto que la corona  y deleita al visitante con la mejor de las panorámicas, vistas monumentales, la curva con la que el río Duero abraza la ciudad, las sierras…..y mucho más. Un balcón verde que sorprende de día, atrapa al atardecer y posee ese justo equilibrio que sólo se encuentra en algunos parques: la mezcla precisa de los espacios bien cuidados, empeñados sin embargo en no renunciar al lujo de lo salvaje.

El parque está dotado de grandes zonas de sombra, lo cual invita a quedarse más tiempo en el buen tiempo. Cuenta con espacios habilitados para picnic con fuentes, área recreativa para los más pequeños con columpios además de la ya mencionada piscina infantil operativa durante los meses de  Julio y Agosto. Recorren el parque diversas sendas que invitan a jugar o pasear a pié, en bici…

Entre los valores naturales de este espacio destacamos la geología de la ladera este, con pronunciados barrancos y gran diversidad de especies vegetales entre las que destacan cipreses, cedros, acacias, chopos, fresnos, almendros o tilos. Entre sus habituales moradores encontramos golondrinas, estorninos, grajillas, cernícalos, autillos, víboras, lagartos, murciélagos, ardillas, ratones de campo y algún zorro.