Tierras Altas y Tierra de Ágreda
Es difícil delimitar una comarca tan amplia y con orografía tan caprichosa como esta. Comenzaríamos en la antesala de las tierras altas, salpicada por pueblos discretos al pie de la sierra de Alba y Montes Claros, como Almajano, Narros, Aldeaseñor o Torrearévalo, donde esconde una joya botánica: el Acebal de Garagüeta.
EL ACEBAL DE GARAGÜETA
Conocemos por Garagüeta a una acebeda de casi 180 hectáreas cercana a los pueblos de Gallinero y Torrearévalo, en el término municipal de Arévalo de la Sierra.
Su peculiaridad no reside en el tamaño de sus ejemplares –que alcanzan gran altura teniendo en cuenta que es un arbusto- si no por la masa arbórea que forman, diseñando extraños laberintos y refugios para animales como ciervos, zorzales, corzos, ….que se resguardan en invierno bajo sus ramas y encuentran frutos rojos a la carta.
En Arévalo de la Sierra se encuentra La Casa del Parque del Acebal que tanto en invierno como en verano ofrece múltiples actividades para el conocimiento y conservación del acebal.
TIERRAS ALTAS DE SORIA
Pasado el puerto de Oncala aparecen las Tierras Altas, que nos ofrecen la interesante Ruta de las Icnitas, pues numerosos son los yacimientos que ofrecen huellas de los grandes saurios. Pueblos como Oncala, San Pedro Manrique con su fiesta ancestral del “Paso del Fuego” en la noche de San Juan, Bretún, Villar del Río con su Aula Paleontológica, Santa Cruz de Yanguas, donde destaca la torre de su templo gótico o Yanguas con robustas casonas merineras, su puente probablemente romano y una torre románica como único resto de su iglesia del Siglo XII.
Desviándonos hacia el sur, cambiando del valle del Cidacos al del río Alhama, nos encontramos una localidad por descubrir, Magaña, que se arremolina en torno a su monumental castillo del siglo.
Y acercándonos hacia el Moncayo con una gran diversidad geográfica, llegamos a la villa de las tres culturas, Ágreda, por la que fluye un auténtico mestizaje de culturas y pueblos y que cuenta con gran patrimonio histórico-artístico, tanto cristiano como islámico. Muestra de ello son sus murallas, calles estrechas, palacios, iglesias y sinagoga. A pocos kilómetros, la dinámica Ólvega es punto de partida para conocer al gigante ibérico y los pueblos a sus faldas como La Cueva de Ágreda, Vozmediano, Beratón o Muro donde hay restos romanos.
Más hacia el suroeste, la llanura cerealista nos ofrece otra ruta, la de los Torreones, que transcurre por localidades como Noviercas o Aldealpozo. En esta zona, conocida como Campo de Gómara, merecen especial mención Almenar o el pueblo que da nombre a la comarca. Tierras de vida y leyendas donde pasó algún tiempo el poeta Gustavo Adolfo Becquer. Más allá, rayanos ya con Aragón, podemos ver pueblos como Ciria, Borobia o Deza. Contrastes es la palabra que mejor definiría esta amplia porción de la provincia de Soria.
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